22 de septiembre de 2007

INSOMNIAC

Las 3 menos 10 de la madrugada y yo aquí, sin poder dormir. De un lado la lluvia golpeando en mi cristal (cosa que no me molesta del todo, todo hay que decirlo, otra historia sería si se tratara de viento), de otro lado el pum-pum-pum de las casetas del Campamento de Cartagineses y Romanos. Tengo la suerte-desgracia de vivir cerca y lo que me viene muy bien cuando salgo por ahí, me viene fatal cuando quiero dormir en mi "o pequena habitação". Como esta noche no he decidido unirme a mis enemigos fiesteros, PUES ES LO QUE HAY.

No sé si alguna estúpida universidad americana, de esas que dedica el presupuesto de investigación para cosas poco útiles a la humanidad, se habrá planteado el siguiente dilema: ¿Por qué llueve en las fiestas o fechas señaladas de un municipio? es decir, si en Murcia nunca llueve y por ello nos estamos aproximando inexorablemente a una desertización cruel, ¿cómo es que el 90% de las veces (a ojo de buen cubero) no llueve sino jarrea en Semana Santa, Cartagineses y Romanos, El Bando de la Huerta...? ¿ Podríamos enunciar una ley de Murphy: "La posibilidad de que llueva en la Región de Murcia es directamente proporcional a la cantidad de gente que moleste y a los eventos y festejos que estropee"?

En fin, ahí queda. A lo que llega la mente cuando quiere dormir y no puede...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesante reflexión, aunque debo confesar (como si fuera un pecado) que cada año que pasa me importa menos que llueva en Cartagineses y Romanos.

Lo siento por los festeros, pues la mayoría prepara las fiestas con mucho tiempo y gran ilusión,pero a tenor de lo visto anoche, me pregunto si de verdad son unas fiestas que buscan acercar la Historia a los herederos de sus protagonistas, o si tan sólo es una excusa, buena o mala, eso da igual, para provocar peleas y destrozos.

Hasta hace relativamente poco tiempo esperaba que llegara septiembre para salir al campamento: era un momento especial porque en Cartagena apenas habían sitios donde salir con 16 o 17 años -claro que ahora tampoco hay mucho-, pero no recuerdo ver a gente de mi edad tan borracha, tantas peleas y tan mal ambiente. Tampoco los "dj´s" eran tan malos como el que tuvimos el dudoso honor de oir anoche.
No sé si el espíritu del campamento, o de la propia fiesta, se ha ido desvirtuando o que ya nos hacemos mayores y "cualquier tiempo pasado nos parece mejor"