30 de enero de 2006

Poema de la semana

EL ÚLTIMO AMOR
I
Amor mío, amor mío.
Y la palabra suena en el vacío. Y se está solo.
Y acaba de irse aquella que nos quería.
Acaba de salir. Acabamos de oír
cerrarse la puerta.
Todavía nuestros brazos están tendidos. Y la voz se queja en la garganta.
Amor mío...
Cállate. Vuelve sobre tus pasos. Cierra despacio la puerta, si es que
no quedó bien cerrada.
Regrésate.
Siéntate ahí, y descansa.
No, no oigas el ruido de la calle. No vuelve. No puede volver.
Se ha marchado, y estás solo.
No levantes los ojos para mirarlo todo, como si en todo aún estuviera.
Se está haciendo de noche.
Ponte así: tu rostro en tu mano.
Apóyate. Descansa.
Te envuelve dulcemente la oscuridad, y lentamente te borra.
Todavía respiras. Duerme.Duerme si puedes. Duerme poquito a poco, deshaciéndote, desliéndote
en la noche que poco a poco te anega.
¿No oyes? No, ya no oyes. El puro
silencio eres tú, oh dormido, oh abandonado
,oh solitario.
¡Oh, si yo pudiera hacer que nunca más despertases!
II
Las palabras del abandono. Las de la amargura.
Yo mismo, sí, yo y no otro.
Yo las oí. Sonaban como las demás. Daban el mismo sonido.
Las decían los mismos labios, que hacían el mismo movimiento.
Pero no se las podía oír igual. Porque significan: las palabras
significan. Ay, si las palabras fuesen sólo un suave sonido,
y cerrando los ojos se las pudiese escuchar en el sueño...
Yo las oí. Y su sonido final fue como el de una llave que se cierra.
Como un portazo.
Las oí, y quedé mudo.
Y oí los pasos que se alejaron.
Volví, y me senté.
Silenciosamente cerré la puerta yo mismo.
Sin ruido. Y me senté. Sin sollozo.
Sereno, mientras la noche empezaba.
La noche larga. Y apoyé mi cabeza en mi mano.
Y dije...
Pero no dije nada. Moví mis labios. Suavemente, suavísimamente.
Y dibujé todavía
el último gesto, ese
que yo ya nunca repetiría.
III
Porque era el último amor. ¿No lo sabes?
Era el último. Duérmete. Calla.
Era el último amor…
Y es de noche.
Este poema es de Vicente Aleixandre (sigo con los poetas del 27). Y lo descubrí en el bachiller en el colegio. Gracias al profesor de literatura y lengua que me lo mostro nació mi amor por la literatura y mi vocación por la escritura y la lengua española. Es más un recuerdo egoista que otra cosa; además el poema expresa la grandeza de la soledad, la amargura del abandono, el dolor por la perdida de la amada y La plena consciencia de que era el Último Amor. No hay nada más amargo que la lucidez, la claridad dolorosa de la verdad...

3 comentarios:

Verso dijo...

Te das cuenta de que los mejores poemas son los mas tristes?.
Un beso.

Verso dijo...

Te das cuenta de que los mejores poemas son los mas tristes?.
Un beso.

SaraMR dijo...

Sí, o al menos es lo que ami me parece. No recuerdo donde oía, quizas a algun profesor, decir que los poetas mediavels y renacentistas escribían desde el dolor y la ausencia y desde el recuerdo más que desde la alegría del amor. Debe ser una constante en la poesía ;)