16 de abril de 2006

Pufff, es tardísmo. Debería estar en la camita ya, pero hay una idea que me ronda la cabeza desde hace unos días. A veces me gustaría no darle tantas vueltas a los asuntos, que es que casi que me acaban quitando el sueño, pero visto desde otra perspectiva tiene sus ventajas esta maldita manía mía: reflexiono, y creo mis propias teorías de lo ocurrido además de ir conformándome mi pequeña lista de certezas o de principios con los que ir rigiendo mi vida. Es lo que tiene de positivo el pensar.

Varias personas me han preguntado por diferentes cuestiones qué era lo correcto, lo que se debe hacer. En ambos casos, el tema venía propiciado por sendos individuos que les habían hecho daño. Si bien es cierto que las situaciones y las personas son totalmente diferentes en cada asunto (tanto en magnitud de las consecuencias como en grado de cercanía en la relación personal), la historia base se repetía. Voy a ahorraros los detalles. No vienen a cuento para ilustrar lo que os quiero decir.

Me quiero centrar en lo que me planteaban. Me he dado cuenta de lo difícil que nos resulta enfrentarnos a las difícultades. No estamos preparados para afrontar el cambio, o simplemente el final, de las relaciones de proximidad que mantenemos con aquellos que nos rodean. Es complicado, lo sé. Cuando algo falla no sabemos como responder: "¿Qué es lo correcto? ¿qué es lo que debo hacer? ¿luchar para salvar lo poco que quede? ¿plantarle cara al que me está destrozando la vida? ¿poner la otra mejilla?"

Y sentimos vergüenza, nos culpamos de todo lo ocurrido. Creemos que en algo hemos fallado y nos surgen las dudas existenciales. "¿Qué hize que cambió todo? ¿seré el responsable? ¿Me volverá a pasar con otros?" Hasta llegar a la pregunta del millón: ¿Qué hago?.

No sé en qué estamos fallando. Me lo pregunto como perteneciente a nuestra generación, a los que ya hemos nacido en un mundo un poquito más libre y que a pesar de esa supuesta capacidad de elección parece que no podemos dar dos pasos en ninguna dirección sin que las dudas nos abrumen.

¡Vaya! Fantástica reflexión para las las 3:30 de la madrugada anterior a un Domingo de Ramos... Veremos si mañana en Moratalla comiendo la mona de Pascua calmo un poco mis neuronas y mi conciencia.

A veces es una lata tener la mala costumbre de pensar. De no ser así, estaría ya durmiendo a pierna suelta. ;)))

Dulces sueños a todo el mundo y a los que me leen aunque no me dejan sus comentarios xDDD No os preocupeis, que os tengo en cuenta.
Buen fin de semana a todos!!! ^^

No hay comentarios: