10 de febrero de 2006

CARTA

ME GUSTA MI VIDA.

Sí. Lo digo llana y claramente. Comienzo a atravesar una de esas etapas de tranquilidad y algo parecido a la felicidad (no sé realmente si lo es, pero se le parece). Dejé atrás por fin viejos temores y rencillas.

¿Por qué? Porque lo que antes me molestaba ya no. Porque he aprendido a desenvolverme sola, a crearme mi propio espacio, a ser feliz en soledad. Porque aprendí a callarme muchas cosas que antes no callaba, a escuchar mucho más a los demás, a escucharme a mí misma, a empezar a quereme un poquito (sigo en proceso, lo reconozco, pero avancé mucho :D) y ha reconocer mis errores.

Pero todo eso incluye a su vez el haberme desprendido de ese aura de culpabilidad que cubría todos mis actos. Saber reconocer tus propios errores es bueno, pero siempre que vaya acompañado de la capacidad de distiguir en lo que los demás erraron.

No me gusta ya hablar de culpa, lo considero un término casi "bíblico". Parece sacado del pecado original. Prefiero hablar de responsabilidades, de errores, de fallos. Tampoco me gusta usar la palabra "defecto". No tengo defectos. No soy defectuosa. Nadie lo es. No somos máquinas que puedan salir con errores de fabricación.

El saber admitir que puedes errar, equivocarte, cometer fallos (con o sin intención) es un paso importante. Pero creo que la enseñanza vital no la extraemos si nos quedamos ahí. Hay que dar un paso más. Se debe aprender que habrá quien tras tu error te perdone y habrá quien no lo haga. Y es tu misión el saber aceptarlo y asumirlo.

Igual que con eso, el saber aceptar la traición, el engaño, o simplemente, el que las personas cambian o que no las conocias tan bien cómo creías, es parte del proceso de madurez.

Y es duro, muy duro madurar. Creo que en los ultimos 5 años e madurado mucho, pero me queda mucho camino aún. Al menos llevo cosa de 2 años dando los pasos correctos en esa dirección.

Muchos momentos y personas han quedado a trás en mi vida, pero he aprendido a no mirar el pasado por doloroso que sea con odio.

P.D. o REFLEXIÓN INTERNA: Sí, ya ves que me equivoqué. Pero eso no quiere decir que lo haga siempre. Erré en el objetivo final, pero no en la dirección en las que iban mis sospechas. Confío más que nunca en mi intuición. Me da pena. Es una persona triste. Cómo cambian las cosas con el tiempo, a veces dan giros inesperados. La vida pone a cada uno en su lugar, estoy de acuerdo. Por el momento, a mí me ha colocado donde debo estar, y es un lugar muy agradable, lleno de personas que me son muy queridas y bastante alejado de los que no me quieren. El futuro no me da miedo, sé que es bueno lo que me espera.

2 comentarios:

Verso dijo...

Holas preciosa, me pareces una persona muy madura para tu edad.
Me ha encantado la posdata.
Un abrazo

SaraMR dijo...

Me alegra que te guste. Eso significa que vuelvo a lograr transmitir con lo que escribo, y eso es bueno :)

En cuanto a lo de madura, creo que todavía me queda mucho para considerarme madura pero como digo en el post, voy por buen camino. En otras cosas me considero muy niña, pero eso también es bueno no? Un abrazo enorme ^_^